domingo, 27 de noviembre de 2016

DESAFÍO DE LA UNIVERSIDAD CONTEMPORÁNEA PARA SUPERAR INTENTOS DE PRIORIZAR “LEALTADES” POR ENCIMA DE VOCACIÓN Y CAPACIDADES PROFESIONALES

“La Universidad debe tener sus lumbres abiertas… habrá de impedir la entrada al dogmatismo, de cualquier índole que sea, porque dogmatismo es intransigencia, rigidez inadaptable a la movilidad real, paro de la investigación y de la crítica, barrera de la inteligencia”


Capacidad, liderazgo, creatividad, dominio personal como docente
 
Jesús Enrique Lossada

Hace pocos días se celebraba un evento interesante en una de las universidades prestigiosas del llano venezolano y que durante mucho tiempo ha venido formando los cuadros profesionales egresados que se desempeñan en diversos contextos e instituciones públicas y privadas del sur de Venezuela y en otras ciudades importantes de la geografía nacional venezolana.  Nos referimos específicamente a un concurso abierto al público para escoger los mejores profesionales de la docencia que tendrán como desafío continuar la formación de estudiantes universitarios en las carreras y especialidades ofrecidas en esa casa de estudios.  Para este noble cometido se aplicó un proceso en tres dimensiones: presentación de credenciales, una prueba escrita y una exposición del contenido del programa para el cual la persona estaba concursando. 

Pues bien, los concursantes se sometieron a las exigencias que la referida casa de estudios había establecido y se procedió a darle curso al proceso que significaba un concurso de altura, donde la mayor ganancia para cualquier centro de producción en materia de conocimientos sobre todo cuando hablamos de universidades de trayectoria, es el privilegio de la academia, por supuesto aunado a la vocación y compromiso del aspirante en dar todo cuanto sea necesario en aras de lograr menudo fin.  Esto también está articulado con políticas de estado en materia de educación universitaria para la formación de los mejores cuadros de profesionales que saldrán al campo laboral con altos perfiles en las respectivas áreas y especialidades en las cuales se forman sus estudiantes.

Ahora bien, en pleno siglo XXI, donde podemos evidenciar importantes avances tecnológicos, científicos, de mayor acceso a la información, a nivel planetario, un altísimo desarrollo del talento humano, y donde hay una carrera imparable para potenciar líneas de investigación, concatenado a la creación, extensión entre otras tareas institucionales, nos encontramos en una parte de Venezuela, que al parecer se quedó años luz de tales avances y progreso cuando somos fieles testigos de vicios primitivos que por mucho tiempo han marcado a nuestras sociedades, y quizá ahora más que nunca, se demanda una emancipación de tales perversiones como: nepotismo, tráfico de influencias, inflar calificaciones pasando por encima de auténticas capacidades, manejos oscuros en cuanto a la recepción de documentos que avalen y puedan legitimar los estudios del o la aspirante.

Aparentemente se ha filtrado información donde presuntamente fueron cambiados exámenes para favorecer a grupos de personas que no están dentro del perfil y preparación exigida, allegadas a funcionarios de alto nivel como vicerrectores, coordinadores o cualquier otro.  Lo cierto es, lo que en un principio lucía como algo innovador y que permitiría aceitar los diversos engranajes que ponen en movimiento esa gran maquinaria llamada Centros de Formación Universitaria, proceso que terminó por convertirse en todo un manojo de corruptelas que terminan aplastando cualquier intento por reivindicar la sana labor referente al área de docencia, en el marco del deber ser de una universidad nacional con características experimentales.

Sabemos que no todos los que participaron en el proceso son responsables de tanta arbitrariedad que atenta en primer lugar en contra de la academia, pero también contra quienes han preferido apelar a esos valores que enaltecen al ser humano en su más plena esencia.  Sin embargo, hay un declarado silencio que hace cómplice hasta quienes en un principio, con cargo de conciencia, de manera muy asolapada manifestaron su descontento.  Es muy triste para todas esas personas que además de no hacerle daño a nadie, tienen un conjunto de condiciones personales relacionada en primer lugar con un alto performace investigativo, divulgación de trabajos, demostraciones de su función docente con aplicación de cooperación, liderazgo, creatividad, dominio personal como docente, estrategas sistemáticos para tratar de captar en todo momento la atención de quien se nutre de tales enseñanzas. Es decir, hacemos referencia a esas personas que han dedicado la mayor parte de sus vidas a los estudios, a formarse como profesionales, a curtirse del buen saber, de conocimientos, de una cultura universal, sobre todos quienes han hecho de la lectura un hábito permanente y sistemático.  Es vergonzoso, que tengan que encontrarse en medio de semejante frustración.  Pareciese que vivimos en un mundo totalmente al revés. Un contexto bordeado de un enorme charcal, un verdadero caldo de cultivo cuyos más conspicuos ingredientes ente muchos otros: la viveza, la ignorancia, la incapacidad, carencia de todo tipo de moral y de ética, calificativos que terminan por enquistarse como algo normal, sin derecho a réplica, y bajo un precepto de clara obediencia, los propios reyes de la comarca.

En el marco de todas estas reflexiones, es importante aclarar, que la responsabilidad no sólo recae en los que metieron las manos en el biombo y salieron sorteados como por arte de magia, sino en quiénes montaron tremendo circo. Como aquel sabio dicho popular que profiere: “…no tiene la culpa el ciego, sino quien le suministra el garrote…” En este nivel de la presente disertación nos lleva a otro punto de alta relevancia como es el perfil de quienes cumplen funciones de autoridad académica llámese rector, vicerrector o cualquier otro estatus de alta jerarquía universitaria.  Podríamos inferir que en el caso de las mencionadas figuras, estaríamos hablando de profesores con autoridad académica, con reconocida publicaciones en el campo de la investigación, bien sea en revistas especializadas o trabajos investigativos que ameriten tal respeto dentro de la comunidad académica. A grandes rasgos estaríamos hablando de una persona con una visión integral y global del desarrollo académico y de las necesidades inherentes a la sociedad. Pero también es importante solvencias evidenciadas en administraciones previas, con demostraciones de ética y respeto por el privilegio de los supremos intereses universitarios por encima de intereses personalistas.  Para algunas universidades en el contexto nacional venezolano se ha propuesto que para optar a cargos de Rector, Rectora, Vicerrector,  Vicerrectora, Director, Directora o su equivalente en una institución de educación universitaria son requisitos indispensables ser profesor de carrera académica de nacionalidad venezolana, de elevadas condiciones morales, poseer título de Doctor, antigüedad en la institución no menor a quince (15) años, haber publicado obras de relevancia científica o artículos indexados en su campo de especialidad en los últimos cinco años, y tener la categoría de titular a dedicación exclusiva, propuesta contemplada en La Universidad del Zulia.

Para finalizar cabría preguntarse, ¿Dónde está la responsabilidad para quienes terminan por anteponer intereses personales, nepóticos, lealtades endebles, por encima de las capacidades y vocación de quienes desean contribuir con el desarrollo de un país, sobre todo en momentos cuando se habla de salir de un modelo rentista petrolero orientado a la diversificación y crear una nueva manera de producir a lo interno que de paso a un nuevo sistema productivo? Sería interesante abrir un debate serio en tan delicada materia, para quienes hemos apostado no solo a quedarnos en Venezuela, sino a contribuir con una visión más constructiva del país que hemos soñado y que pareciéramos sucumbir en medio de un nidal de buitres, y especies de alimañas que intentan tragarse y devorarse todo a su paso.  Aclaramos que esta reflexión, para nada tiene un tinte politiquero, aunque se corra el riesgo de mal sanas intenciones de manipulación para sesgar la discusión.

Por eso se reitera, el contexto es estrictamente dedicado a los centros de producción de conocimiento, específicamente nuestras universidades en el sur del llano venezolano. Y es hora, que los apureños y cualquier otro contexto llanero, podamos expresar con respeto, con la mayor sindéresis y ética profesional, si es posible por el camino del medio, todos estos males que intentan enquistarse en nuestra sociedad con tendencias a que sean aceptados sin que alguien pueda pronunciarse en contra de quienes anteponen frágil lealtades por encima de capacidades profesionales, de auténtica vocación y que desde nuestro punto de vista, van en franco detrimento de los intereses de la patria.

Por Roberto Bermúdez con Doctorado en Ciencias Gerenciales, Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional. UNEFA Venezuela.


sábado, 28 de mayo de 2016

Conductas de hostigamiento e intimidación

Dicen que el miedo es la conmoción de emociones encontradas con tendencia a lo desagradable, provocada por la percepción de peligros reales o supuestos que pueden afectar al sujeto en tiempo presente como futuro.  En términos llanos y cotidianos es el típico sentimiento percibido por un niño o niña en el aula de clases, cuando su maestra, a quien respeta, pero que también infunde miedo en su proceder pedagógico y con mirada fija y desafiante, con dosis de mucha arrogancia se le coloca al frente cuando el estudiante expone la defensa de su proyecto, o cuando éste se siente invadido de cierta inseguridad al responder en un examen o prueba escrita. Es sencillamente la exacerbación de quien detenta el poder, confundido con pizcas o barniz de “conocimientos, de liderazgo”, sólo por el hecho de disponer de un estatus al que dicho estudiante circunstancialmente no puede alcanzar, y para rematar, de manera articulada y altanera, señalando con su dedo índice y tongoneo corporal, al indicar a su inocente aprendiz: “NUNCA ESTUDIAS”, así la criatura haya pasado varias noches en vela tratando de memorizar lo que quizá aún no comprende.  Eso es realmente sentir miedo. Dile NO al acoso a través de cualquier táctica perversa.