Maldá que el pollo pille…

Hace tiempo, escuchaba a una persona diciéndole a otro, sin ningún tipo de argumentación sustantiva, que él era más profesional que la persona con quien intentaba una estéril discusión, como si los títulos otorgados por cualquier universidad en el mundo llevasen algún tipo de código o tipo de medición o variable que permita mostrar de forma tangible la calidad de los estudios realizados. Pues bien, en otro contexto, hoy pululan retadores y retadoras, haciendo alarde de quien tiene más seguidores en cualquier circuito electoral venezolano, sin ningún tipo de argumentación que sustente lo que afirman, y para muestra un botón, sus réditos en materia electoral en los últimos años han estado muy por debajo del estándar que les permita ser mayoría, sino a qué se debe tanta alharaca, tantos retos al mejor estilo de aquella historia bíblica del gigantón llamado Goliat que fue derribado por un merreñeco David que disponía apenas de una simple onda.

Así que la lógica indica, quien quiera gozar del favor del pueblo, debe sudar y ganarse como debe ser, codo a codo, palmo a palmo los votos y así ganar la confianza de las mayorías. No será con zancadillas, ni por el montón de dinero foráneo recibido para atentar contra la patria por muy sangre azul y envalentonados que se sientan, incluso con la anuencia y apoyo de grandes y potentes medios de comunicación, menos aun para quienes han sido sancionados para el ejercicio político, vaya usted a saber los por qué.

Así que maldá que el pollo pille…